La Iluminación en estudio
Una cosa es alumbrar un lugar y otra muy diferente iluminarlo. Cuando nosotros controlamos: la ubicación, la dirección y la intensidad de esa luz, estamos ILUMINANDO.
Iluminamos para crear un ambiente determinado o para dar un aspecto muy personal a un objeto o individuo. Los fotógrafos en el estudio fotográfico no sólo podemos llevar a cabo nuestra mayor pasión “fotografiar”, sino que además lo hacemos manipulando la luz con entera libertad.
La luz continua tiene la ventaja de ver al momento el efecto de la iluminación que estamos preparando, sin embargo al ser imprescindibles unidades potentes estas originan mayor gasto económico y un calor que en sesiones largas resulta insoportable.
El flash de estudio por el contrario no produce apenas gasto, ni mucho menos calor, pues una luz que aparece y desaparece al instante, además suele incorporar también una pequeña bombilla de iluminación continua que ayudará a apreciar con más precisión nuestro trabajo.
Un equipo básico sería tres unidades de este tipo con sus complementos y un flashimetro para medir la luz.Los flashes de estudio aunque sean de tipo medio, es decir, equipos compactos donde el generador y la antorcha es única pieza, suelen ser unidades muy potentes y pesadas por lo que se instalan en pies portátiles.
Como flashes que son emiten una luz muy dura, por lo que siempre que los utilicemos haremos que su destello inicial rebote o pase a través de pantallas difusoras que lo suavizan y llegan de esta forma con una luz mucho más envolvente a la persona, que es lo que llamamos “luces tamizadas”.
Podemos subir la potencia del flash para trabajar con diafragmas más cerrados y pulsar el dispositivo de célula sincro que traen y hacer que se disparen varios flashes simultáneamente, para sí conseguir iluminaciones más elaboradas. Dejando un poco de lado ambos extremos vamos a conocer los tipos de iluminación más importantes en un estudio, es decir, aquellos a partir de los cuales se originan todos los demás. Antes hay que tener un concepto muy claro, en un estudio fotográfico siempre tiene que haber un foco principal, que es el más potente. No puede haber dos de esa potencia, los demás harán la labor de iluminaciones secundarias, es decir focos de relleno, su potencia siempre será menor. La técnica de iluminación debe ser una herramienta totalmente bajo control para el fotógrafo, de modo que se convierta en un recurso creativo a nuestro servicio, y no en un muro para nuestra creatividad.